There is no translation available.

"Living to the Glory of God" from the Spring 2017 Vision Newsletter

Our 2017 motto urges us to bring glory to God, our Father. Chief Apostle Schneider laid out three ways that we can do this in his New Year’s Message...

Recognize the greatness of God

God’s omnipotence, His unlimited power, is clearly expressed in His creation. By His word alone, everything came into being from nothing, both the visible and the invisible creation. While certain aspects of creation seem to be chaotic or random, there is still order to be found, even if we may not be able to see it. This order bears witness of God’s wisdom. Just as God is good and perfect, so is His entire creation. Even though we, imperfect beings, make up part of His creation, we can still be assured of God’s perfectness and kindness because of His plan of salvation. Hence, our task is to know God more and continually develop a culture of learning.

Give Him thanks

As we learn more about our Father, we are inspired to deep gratitude. We show our thankfulness by accepting God’s will, even though it can be difficult. We can look to Jesus as our example in this, particularly when He prayed to His Father in the Garden of Gethsemane. Even though He asked to have the cup of suffering on the cross pass over Him, He prayed, “not as I will, but as You will” (Matthew 26:39).

We show our thanks by bringing Him offerings. Everything we have belongs to God. Our offerings to Him give back to Him what was His from the beginning. When we realize that all things come from God, we make every effort to take care of what He has given us and use it for His glory.

We trust in God. We do this by spending less time complaining about our cares and earthly struggles. Even though we are sinners, we know that God takes care of us and is with us every moment in our lives. When we are assured of this knowledge, we display our trust and thanks for God and His will, and our prayers become expressions of praise and thanksgiving in lieu of lists of our expectations.

God’s will is to save every soul and open a path for people to restore their relationship with Him. We show our thankfulness to Him by respecting the dignity of every person and praying for their salvation.

Proclaim His glory

In order to proclaim God’s glory, we must first acknowledge His authority. Compared to the One who knows everything, we know so little and submit ourselves to His authority because of our trust in Him and our knowledge of His goodness and perfectness. When we recognize God’s authority, we realize that His laws are holy and that one aspect of His glory is His giving of the law. Through the law, God aims not to suppress us, but to preserve us from evil, which was true in the time of Moses and is true for us today, reflected in the two commandments that Jesus gave.

We live our lives in a way that speaks of God’s glory to those around us. We accomplish this by behaving like children of God. With Jesus as our example, we can live a life that emulates His attributes by: learning more about our Father, allowing that knowledge to inspire us to trust Him and to understand His will and intentions, and loving and serving one another.

Our God is greater than everything and nothing can prevent Him from giving us His kingdom. His love and faithfulness to His plan to save us is a sign of glory. When we consider all that our God is, we are inspired to worship and glorify Him. This further deepens our relationship with Him.

God’s life has been laid into those that have been sealed with the Holy Spirit. After receiving such a gift, how should we respond? We want keep developing so that our nature can be transformed by this gift. Our journey of growth bring us into oneness with each other as we understand that there is “one God and Father of all, who is above all, and through all, and in you all” (Ephesians 4:6).

 


"Vivir para la gloria de Dios"  Del Boletín Visión Primavera 2017

 

Nuestro lema de 2017 nos impulsa a dar gloria a Dios, nuestro Padre. El Apóstol Mayor Schneider presentó tres maneras en las que podemos hacer esto en su mensaje de Año Nuevo…

Reconocer la grandeza de Dios

La omnipotencia de Dios, Su poder ilimitado, se expresa claramente en Su creación. Tan sólo por Su palabra, todo nació de la nada, tanto la creación visible como la invisible. Si bien ciertos aspectos de la creación parecen ser caóticos o aleatorios, aún hay un orden que puede encontrarse, incluso si no podemos verlo. Este orden da testimonio de la sabiduría de Dios. Así como Dios es bueno y perfecto, también lo es toda Su creación. Aunque nosotros, seres imperfectos, formamos parte de Su creación, aún podemos tener la certeza de la perfección y bondad de Dios debido a Su plan de salvación. Por lo tanto, nuestra tarea es conocer más a Dios y desarrollar continuamente una cultura de aprendizaje.

 

Darle gracias

A medida que aprendemos más sobre nuestro Padre, estamos inspirados a una profunda gratitud. Mostramos nuestro agradecimiento al aceptar la voluntad de Dios, aunque pueda ser difícil. En esto podemos ver a Jesús como nuestro ejemplo, particularmente cuando oró a Su Padre en el Jardín de Getsemaní. Aunque pidió que la copa de sufrimiento pasara de Él, Él oró: «pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39).

Mostramos nuestro agradecimiento al traerle ofrendas. Todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Nuestras ofrendas a Él le devuelven lo que era Suyo desde el principio. Cuando nos percatamos de que todas las cosas provienen de Dios, hacemos todo lo posible para cuidar lo que Él nos ha dado y lo utilizamos para Su gloria.

Confiamos en Dios. Hacemos esto al pasar menos tiempo quejándonos sobre nuestras preocupaciones y luchas terrenales. Aunque somos pecadores, sabemos que Dios cuida de nosotros y está con nosotros en cada momento de nuestras vidas. Cuando tenemos la certeza de este conocimiento, mostramos nuestra confianza y agradecimiento por Dios y Su voluntad, y nuestras oraciones se convierten en expresiones de alabanza y agradecimiento, en lugar de tener listas de nuestras expectativas.

La voluntad de Dios es salvar a cada alma y abrir un camino para que las personas restauren su relación con Él. Le mostramos nuestro agradecimiento al respetar la dignidad de cada persona y al orar por su salvación.

Anunciar Su gloria

Para poder anunciar la gloria de Dios, debemos reconocer en primer lugar Su autoridad. En comparación con el Único que sabe todo, nosotros sabemos tan poco y nos sometemos a Su autoridad debido a nuestra confianza en Él y en nuestro conocimiento de Su bondad y perfección. Cuando reconocemos la autoridad de Dios, nos damos cuenta de que Sus leyes son santas y que un aspecto de Su gloria es Su entrega de la ley. Por medio de la ley, Dios no pretende oprimirnos, sino guardarnos del mal, lo cual era cierto en los tiempos de Moisés y también lo es para nosotros en la actualidad, y se refleja en los dos mandamientos que Jesús dio.

Vivimos nuestras vidas de una manera que habla de la gloria de Dios a los que nos rodean. Logramos esto al comportarnos como hijos de Dios. Con Jesús como nuestro ejemplo, podemos vivir una vida que imite Sus atributos al: aprender más sobre nuestro Padre, permitir que ese conocimiento nos inspire a confiar en Él y a entender Su voluntad e intenciones, y amarnos y servirnos unos a otros.

Nuestro Dios es mayor a todo, y nada puede impedirle que nos dé Su reino. Su amor y fidelidad a Su plan para salvarnos es una señal de gloria. Cuando consideramos todo lo que nuestro Dios es, nos inspiramos a adorarlo y glorificarlo. Esto profundiza más nuestra relación con Él.

La vida de Dios ha sido colocada en los que han sido sellados con el Espíritu Santo. Después de recibir tal don, ¿cómo debemos responder? Queremos continuar desarrollándonos para que nuestra naturaleza pueda ser transformada por este don. Nuestro camino de crecimiento nos lleva a la unanimidad entre nosotros a medida que entendemos que hay «un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos» (Efesios 4:6).